Quod erat demonstrandum

Las cumbres álgidas de una canción perfecta + el recuerdo de lo que sentí por ti una tarde soleada + un día de dudas y debilidades = Yo escribiendo palabras sin ningún sentido matemático pero con alta connotación melancólica.

 

AsintoPodríamos factorizar el resultado pero... ¿tiene sentido intentar encontrar las raíces de esta ecuación que seguramente ni en el conjunto de los número complejos tiene cabida?

Quizás acaso conviene evaluar la derivada en el punto de inflexión para encontrar la ecuación del justo momento en el que me encontraba en el equilibrio de darte la misma importancia a ti que a mí.

Siempre me gustó la búsqueda de las asíntotas, pero ahora inevitablemente me recuerda la descripción de la trayectoria en el que me dirigía a ti y tuve que torcer abruptamente y nunca alcancé a tocarte.

Me doy cuenta que el punto donde se supone tú y yo deberíamos intersecar es una indeterminación, aún me esfuerzo por negarme a pensar quien entre tú y yo es el cero.

Me aproximo a ti por la izquierda, y pienso que quizás te alcanzaré, mis valores empiezan a tender al infinito. Te esquivo, no soy yo, es nuestra naturaleza, no es una hipótesis, es una teoría comprobada para todos los casos.

Y al pasar y darme cuenta de mi realidad mi valor cae al infinito negativo. Solo continuando mi camino alejándome de ti podré volver a mi centro.

La conclusión de este teorema de la melancolía discreta: No existe solución alguna para nosotros.

Que es lo que se quería demostrar.