Ayer hubo un accidente gramatical en la esquina donde intersecan tu argumento y el mío.
Hubo distintas perdidas que se consideraron graves, entre las que se encuentran ideas desorientadas, significados desmayados (simplemente perdieron el sentido), palabras desarticuladas, respuestas con evidentes dolencias y la inevitable sensación de inseguridad de transitar las vías de comunicación nuevamente.
Todo reparable con el tiempo y sin embargo lo que me sigue preocupando más son... los sentimientos heridos.
Conduzcámonos con cuidado para evitar hablarnos con silencios por temor a perecer en algún malogrado punto de coincidencia.
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